Tenéis que disculparme por mi plantón de ayer, pero a veces pienso que aún soy una moza joven y mi falta de sentido común me hace cometer ciertas locuras.
El domingo pasado me puse mis mallitas y mis zapatillas y me encaminé a la salida de la II Media Maratón Ciudad de León con la única intención de terminar la prueba.
Muy orgullosa, pude completar los 21 kilómetros en 2 horas y 5 minutos, a pesar de mi falta de entrenamiento.
No obstante ayer me pasé el día en la cama totalmente destrozada y con décimas de fiebre.
Hoy algo mejor, pero aún con agujetas, tengo que dejar el deporte a un lado y volver la juego sucio. Concretamente al de la fusión de Caja Duero y Caja España.
Ayer nos acostamos con la noticia de que el actual Director General de Caja Duero, Lucas Hernández, ocupará la dirección general de la nueva caja.
¡Manda ovarios! (con perdón)
¿Pero qué clase de negociadores tenemos en León? Aquí sólo nos gusta el aparentar y el tener unos cargos que queden bien en las tarjetas de visita.
Seguro que ya hay alguien que está haciendo su estrategia y dice que si la dirección general es para un charro, la presidencia deberá ser para un leonés.
¿Y ahí estás tú, verdad Santos?
Espero que siendo por supuesto leonés (o leonesa) el/la presidente/a, por lo menos tenga ciertas nociones de economía y no se limite a ser una simple figura representativa que únicamente se dedique a tragar sólidos y líquidos en comidas y cenas.
No pido un Rodrigo Rato, pero alguien que por lo menos sepa hacer una regla de tres o despejar una ecuación con dos incógnitas.
Candidatos se me ocurren varios, candidatas alguna menos.
ME TEMO QUE OPTARÁN POR CUALQUIER BARRABASADA
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