Ayer fue un día de furia para Pacofer.
Lo comprendo y hasta cierto punto me da algo de lástima. Como diría Rubén Darío:
Pacofer está triste... ¿Qué tendrá la Pacofer?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
Pacofer está pálido en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
Sus compañeros sociatas más políticos, le dicen que está perdiendo al ciudadano, que está perdiendo el entramado vecinal que tanto tiempo les costó trenzar.
Ayer la rueda de prensa del comité de empresa del Servicio de Aguas y de la Federación de Asociaciones de Vecinos, tuvo un gran impacto en los órganos sociatas (órganos en sentido figurado).
Me dicen que tras conocer los términos de la misma, hubo comida de Gabinete de Crisis y que algunos responsables del pesoe leonés, ven como única solución capitular en el tema del agua e intentar dar una vuelta de timón y vender la moto como que “los vecinos son los que mandan”.
En Moncloa conocen la situación de León por boca de hostelero del MMechón y al amigo de Sarkozy, el paisano ZP, le preocupa sobremanera un posible descalabro en su pueblo.
Los ideólogos de Ferraz, nos toman a León como termómetro electoral y saben que si en las Municipales pierden León, en la Generales pierden España.
Pero Paquito no puede más, está con las manos atadas y sabe que la operación financiera aprobada por el Santander, estaba sujeta a la privatización de aguas. Él plasmó su firma en un documento en el que vendía su alma y la piel del oso antes de cazarlo.
Es tal el acoso al que se ve sometido por fuego amigo y enemigo, que en los postres del Gabinete de Crisis y con una furia inaudita para PequePaco dijo algo así como:
“Estoy hasta los mismísimos de blogs, de la prensa, de los vecinos y de muchos de vosotros.”
Y en pleno pico de subida de azúcar continuó diciendo:
“Y si tan mal lo hago y tanto sabéis, mañana mismo aprovecho el Pleno para presentar mi dimisión”
Tras un silenció uno de los comensales de más peso intentó apaciguar el ambiente con un:
“Venga Paco no te pongas así, que somos compañeros”.
SÍ, SÍ, COMPAÑEROS. PERO A ALGUNO SE LE ILUMINÓ LA CARA IMAGINÁNDOSE PRESIDIENDO EL SIGUIENTE PLENO.