Hola queridas.
Hoy quiero volver a compartir con vosotras otro artículo de www.diariocritico.com. En este caso el artículo es de Jesús Pérez López (abogado).
En dicho artículo pone de manifiesto el valor de contar para la elaboración de las listas electorales con personas, igual no tan conocidas, pero con una labor profesional intachable, lejos de “caciqueos” y “peloteos”.
Al candidato desconocido
Empiezan a conocerse ya las personas que en las próximas elecciones serán cabeza de lista. En algunos casos son personas ya conocidas y afortunadamente en otros, no lo son tanto.
Estamos en un período tan delicado, que los candidatos han de reunir al menos una cualidad, sentido común y honradez. Con eso nos conformamos. Los partidos, tratan de sacar a la calle a sus mejores candidatos. Pero acaso los que son mejores para ellos, no lo son para los ciudadanos. Me atrevo a decir que en algunos casos los que encabezan la lista son sujetos que han querido perpetuarse o cambiar su puesto para seguir ahí. Me han gustado las decisiones que han tomado en algunas capitales de apostar por candidatos no tan conocidos pero, a primera vista, solventes. Gente que no tiene nada en contra y a la que se ofrece una oportunidad, dejando de lado tanto ambicioso, relumbrón e ineficaz que lo único que tiene es nombre. Parecen esos famosillos, que desde su puesto, más o menos importante, lo único que han promocionado es a ellos mismos, como los que frecuentan los platós de televisión .
Me gustan aquellas personas que con una labor callada y eficaz han trabajado sin apuntarse tantos para mejorar la ciudad, sin caciquear, sin presumir, sin acaparar protagonismo. Me repelen los políticos que no aportan nada al cargo y sólo el cargo sufre encarnado en ellos, perpetuándose una y otra vez porque no tienen a dónde ir luego y creen que son imprescindibles.
Hay tantos que buscan desesperadamente la foto en los medios, hacen ostentación de su cargo y no aportan nada al mismo, que sólo son, el de turno. Es decir, que están ahí, no por méritos propios, sino por que los han designado por su insufrible baboseo hacia sus superiores, que se han visto obligados a proponerlos para quitárselos de encima, por pesados y trepas. Hay tanto de esto en los cargos públicos, que son multitud, y así estamos.
El ser conocido no tiene nada que ver con el prestigio. Se puede ser conocido pero sin prestigio, ahí tenemos a los Belén Esteban y tantos otros.
El prestigio es admiración, respeto y confianza, y eso no lo da sólo el ser alcalde, concejal, consejero o delegado, sino el haberse ganado el prestigio antes y siéndolo lo aporta la persona que lo ostenta, y aquí se están confundiendo las cosas. Nuestra regeneración democrática exige que los candidatos aporten su valioso bagaje personal antes de acceder a una candidatura, o al menos una capacidad en su trabajo que merezca una oportunidad para ejercer el cargo público. Me da risa oír decir a algunos políticos aquello de que “si el partido me ofrece esa responsabilidad…”, si eso fuese verdad, la responsabilidad podría exigírsele al dejar el cargo, y si eso fuese así algunos no tendrían ni con toda su vida y la de sus herederos para ganar el dinero que adeudan por su incompetencia e irresponsabilidad.
Vean, vean algunos ministros, consejeros, alcaldes y demás, no han tenido inconveniente en endeudarnos a todos hasta las cejas y ahora se van de rositas a cobrar su pensión vitalicia en el mejor de los casos, en otros los transportan a otras “responsabilidades”.
Así pues, bienvenidos sean los candidatos desconocidos si al menos han hecho bien su trabajo profesional, serán en todo caso mejores que los conocidos ya por su apego al poder y por su falta absoluta de valía para vivir fuera del cargo público.
Jesús Pérez López. Abogado.
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3 comentarios:
Si es un paralelismo con el ex alcalde de Cistierna, ex diputado de la Diputación de León y otros cargos en la JCyL creo que no te enteras de nada.
Vamos que para ser nuevo lo veo bastante usado.
Si acaso tu que tienes contactos, propon a Rody Aragón que el circo nunca abandone la ciudad, total mover la carpa de la Plaza de Toros al Ayuntamiento no es demasiado.
¿Por qué un ayuntamiento gasta tanto interés en salvar un club de fútbol, perdón, una empresa que tiene pocos puestos de trabajo, mucha deuda y no más de 2000 o 3000aficionados en una zona que supera los 200.000 habitantes?.
Si gastaran tanto dinero en el Emperador, Trianón, Palacio de Congresos, arreglar el basurero en el que se ha convertido el casco antiguo, atraer empresas...
Pero nada, será muy importante para esta ciudad gastar energías y tiempo en un club de fútbol del que pasa el 90% de la ciudad.
Estadio de fútbol de primera, teatros ninguno, todos cerrados y en ruinas. Dicen que tiene 88 años de historia. Y la Farmacia de la Calle Ancha casi 200 años. Haber cuando la subvencionamos.
Así sea.
Prefecta descripción de la situación y de lo que debería de ser.
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